Tendrán docentes más calificados y mejor preparados, ya que todos sus profesores deberán tener, como mínimo, una maestría para enseñar pregrado.

Las universidades deberán contar con el 25% de docentes a tiempo completo, ello permitirá que exista un cuerpo docente de manera permanente, que brinde asesoría académica, desarrolle actividades de investigación, entre otras cosas.

Aprenderán un segundo idioma, de preferencia inglés, que les abrirá más puertas cuando sean profesionales, ya que se dispone su enseñanza en los estudios de pregrado.

Al establecer condiciones básicas de calidad para que las universidades puedan ofrecer el servicio, los jóvenes tendrán la confianza de saber que no invertirán cinco años de su vida en vano.

Podrán acceder a una bolsa de trabajo cuando egresen, ya que es una de las condiciones básicas de calidad que se exige para obtener el licenciamiento.
 
 

Las universidades, como parte de su actividad formativa, deberán promover la creación de pequeñas y microempresas de propiedad de los estudiantes, brindando asesoría o facilidades en el uso de los equipos e instalaciones de la institución.

Al momento de su matrícula, los estudiantes deberán ser inscritos en el Sistema Integral de Salud o en cualquier otro seguro que la universidad provea, de acuerdo a su disponibilidad presupuestaria.

Cada universidad debe establecer Programas Deportivos de Alta Competencia (PRODAC) con no menos de tres disciplinas deportivas, en sus distintas categorías.
 

Se crea la Defensoría Universitaria como la instancia encargada de la protección de los derechos de los miembros de la comunidad universitaria, en especial de los estudiantes.

Los estudiantes de las universidades públicas elegirán a sus autoridades mediante un voto directo y secreto, con la colaboración de la ONPE. Con ello podrán participar directamente en el rumbo que toma su institución.